Nuestra división interna. La causa principal de insatisfacción y padecimiento

En el artículo anterior habíamos llegado a la conclusión de que  la fuente de conflicto más importante del ser humano es: la dicotomía entre el instinto y el ego, entre lo natural y lo artificioso, la separación entre el cuerpo y la mente.  En definitiva, nuestra división interna.

¿Qué significa esto?

Esto quiere decir, que tenemos la percepción o la creencia de que nos falta algo, de que no estamos completos.  Es como si tuviéramos que llegar a algún sitio o convertirnos en algo diferente, para poder estar bien y vivir en armonía y hagamos lo que hagamos o emprendamos lo que emprendamos eso nunca llega. Eso significa vivir desde una creencia de separación.

¿Pero separados de qué?

De nosotros mismos, de nuestro yo interno  (me refiero a aquella parte nuestra sabia, llamémosle yo interno, el sí mismo, el ser, nuestra esencia, etc.)   El problema no es que nos falte algo, sino que creemos que estamos incompletos por vivir la mayor parte del tiempo dejándonos llevar por nuestra mente y nuestro ego,  y teniendo poco o ningún contacto con nuestro yo interno.  Es la vivencia de una dualidad, una separación entre el ego y el ser.  Esto nos hace creer que somos algo que no somos, porque nuestra personalidad con sus múltiples máscaras, el ego, la mente y sus pensamientos, son algo que poseemos para gestionar nuestra vida en este mundo, en cambio somos otra cosa.  Y ahí radica la fuente del sufrimiento y la insatisfacción.

La siguiente ilustración puede ayudar a aclarar estos conceptos:

Nuestro yo externo

Está conformado por: nuestra personalidad y sus múltiples máscaras, nuestro físico, los sentidos corpóreos, la mente racional, los pensamientos, las emociones y el ego que es quien gestiona todo lo anterior.

Aquí se localizan nuestros mecanismos de defensa, nuestras heridas sufridas en la infancia y a lo largo de la vida, aquellas cosas que negamos de nosotros mismos porque nos hacen daño. También nuestros traumas y nuestros miedos, las emociones negativas, etc.

La mayor parte de todos estos contenidos son inconscientes o semi-conscientes.  Quiere decir que no los reconocemos como nuestros, sin embargo actúan y nos hacen reaccionar sin que nosotros tengamos mucho control sobre ello.

El ego es el que gestiona todo y lo hace de forma automática, él actúa siempre para asegurar nuestra supervivencia.  Lo cual está muy bien, el problema es cuando actúa con el chip de la supervivencia todo el rato, aun cuando no nos hace falta y eso es lo que nos produce insatisfacción y síntomas físicos y psicológicos, porque no nos deja vivir en paz.  Nuestra mente está de continuo pensando de forma automática, vamos enlazando un pensamiento con otro sin parar.  Los pensamientos pueden generar emociones negativas que nos consumen y al revés, algún acontecimiento puede reactivar alguna emoción latente y esto produce una vorágine de pensamientos negativos de los que no podemos salir.  Todo esto consume mucha energía, nos agota y no nos deja tranquilos.  Estamos continuamente distraídos por esa mente que no para.  Y lo que es peor no nos deja energía disponible para poder intentar averiguar quiénes somos realmente.

Nuestro yo interno o ser

Es esa parte nuestra que está más allá de todo lo que conforma el ego, en el sentido de que sabe que no hay división, no sufre, conoce nuestro verdadero valor, no tiene problemas de autoestima, sabe quien es, lleva la sabiduría de nuestra experiencia, trasciende la personalidad y sus miedos porque tiene una mirada más amplia y puede ver la realidad, tiene plena confianza en la vida y el devenir.

Y sabe que el ego es solo una programación para que podamos interactuar en este mundo, pero no se identifica con él.  Somos nosotros que nos identificamos con el ego, le damos un poder que no tiene y le dejamos meterse en sitios que no le corresponde.

Cuando hablamos de ser, no hacemos referencia algo esotérico, a algún ente que está allí fuera, (como nos han enseñado tradicionalmente a través de las religiones y más recientemente a través de movimientos como la new age, quienes nos confunden, incitándonos a seguir dioses o maestros externos.)

Simplemente le llamamos ser, porque vive acorde a lo que es, sabe quién es y es real.   Yo prefiero llamarlo yo interno, para que no dar lugar a interpretaciones erróneas y también para distinguirlo del yo externo.  Ese ser o yo interno está en nuestro interior, somos nosotros mismos, no hay que ir a buscarlo a ningún sitio.  Accedemos a él y a su sabiduría cuando nos conocemos a nosotros mismos.

En el próximo articulo hablaremos de como hacer para acceder a ese yo interno, calmar nuestra mente y estar más tranquilos y confiados.

Siguiente post: «Como empezara a integrar nuestro yo interno o ser y nuestro yo externo o ego»

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