Este artículo viene a completar el artículo anterior, en el que hablábamos de hacer una evaluación del año pasado y proyectar objetivos para el nuevo año.
Cuando deseamos algo o nos proponemos objetivos o pedimos que se cumplan aspiraciones, lo podemos estar haciendo desde nuestro yo interno o desde otras partes nuestras que no están alineadas con nosotros mismos, como el ego o nuestro niño interno herido.
Por eso si luego ese deseo no se cumple, tenemos dos opciones, nos podemos sentir frustrados o averiguar que ha sucedido. Los deseos no cumplidos pueden ser por varios motivos:
1. Porque no era el momento. Puede ser que debamos experimentar algo antes de obtener lo que deseamos, porque todo tiene un orden, una coherencia que no es la del ego, nuestro ego tiene la prepotencia de creer que con solo desear algo esto se debe cumplir y si luego no sucede se siente frustrado y decepcionado y culpa a la vida, a los otros, o a cualquier cosa fuera de él, antes que ponerse a reflexionar sobre sí mismo.
2. Porque no era para nosotros. Cuando carecemos de guía interna, el ego manda y por lo general desea cosas que tienen los demás, basado en la creencia de la carencia, así envidia y luego sufre en balde. Nuestro ego no tiene ni idea que es lo mejor para nosotros, solo se basa en comparaciones externas para juzgar y de esa manera el 99,9 por ciento de las veces se equivoca.
3. Porque lo que deseamos es desde nuestra niña/niño, herido. Ese niño que vive dentro de nosotros, el que no ha recibido todo el amor y la atención que necesitó en su momento y por ello ha quedado dolido, resentido y enfadado y cree que si obtiene lo que desea va a estar bien, que por fin lo reconocerán, será atendido y podrá ser feliz. Otro error, porque si deseamos algo desde este lugar y lo recibimos comprobaríamos que no llena nuestro agujero interno.
¿Cuál es la solución?
Para poder salir de una vez por todas de esta situación de frustración que se repite en tu vida, te propongo que en vez de estar deseando cosas como lo hace un niño caprichoso, que crezcas y te hagas responsable de ti, para que seas tú quien conduzcas a ese niño interno, quien ya no va a recibir lo que no recibió en su momento de sus padres y su entorno. En cambio, ahora te tiene a ti que eres un adulto y comprendes la vida de otra manera. Tu ahora puedes acogerlo, mimarlo, educarlo, ponerle límites, animarlo y sobre todo amarlo incondicionalmente. Y darte a ti mismo lo que tus padres no han podido darte. Y entonces le explicas que eso que desea tal vez no es para él, en cambio dile que tú le ayudarás a descubrir que cosas son apropiadas para él, para su crecimiento sano y para que pueda expresarse. Invítalo a descubrir juntos esas cosas con alegría, a través del juego.
El sentido de los límites
Los límites son necesarios, es una obligación de los padres poner límites a sus hijos, la falta de límites es vivida por el niño como abandono y esto real, porque no poner límites a un niño es abandonarlo. No necesariamente tiene que ser físico, estoy hablando del abandono emocional.
El abandono es una de las heridas más profundas que sufre la humanidad.
Si en mayor o menor medida has sido abandonado de niño, ahora puedes reparar ese daño en ti, haciéndote cargo de ti mismo, no repitas patrones, no te abandones a ti mismo como te han abandonado antes. Si tienes hijos, primero aprende a hacerte cargo de ti, para poder hacerte cargo de tus hijos. Esto lo puedes aprender con ellos seguro que te ponen en situaciones que te obligan a auto-responsabilizarte y a crecer como persona y como padre o madre.
La acción creativa con el dibujo*
Una forma de empezar a integrar más ese ser o yo interno sabio y adulto con nuestro niño interior herido y enfadado es la técnica del dibujo. En el artículo anterior te propuse hacer 2 dibujos, uno que expresara el estado en el que te sientes ahora y el otro que representara como te gustaría verte a finales del 2020. Y que pusieras este último dibujo en algún sitio visible de tu casa, para verlo día a día y que puedas establecer una comunicación con él.
Y no te preocupes por nada, solo obsérvalo y deja que de alguna manera (que el ego no entiende) te hable, solo eso, y obsérvate.
En próximos artículos te haré más propuestas para continuar este aprendizaje de tu parte interna creativa a través del dibujo.
*Este término “acción creativa” lo he cogido del terapeuta Jean Guillaume Salles, es el mejor que he encontrado hasta el momento para sustituir la palabra trabajo, cuya horrible etimología refiere al yugo que le ponían a los esclavos para azotarlos.
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