A MÁS TRAUMA MÁS CONSCIENCIA

Mira los acontecimientos negativos como oportunidades para despertar

El trauma de masas y trauma vicario que estamos viviendo

En nuestro mundo se siguen sucediendo escenarios de trauma de masas.  Apenas estamos saliendo malheridos de una pandemia, cuando ya estamos inmersos en una guerra. 

Quienes no la estamos sufriendo en carne propia, no estamos menos exentos de sus efectos nefastos.  Porque asistimos todos los días y a toda hora a las informaciones y las imágenes del horror.  A esto se le llama trauma vicario y tiene las mismas consecuencias físicas y psicológicos que vivirlo en persona. 

El trauma vicario se produce cuando ves imágenes o escuchas el relato del sufrimiento que padecen otras personas.  Estar expuestos a ello día a día genera un tipo de estrés que, en el cuerpo se manifiesta de la misma manera que si lo viviéramos en persona.  Se contraen los mismos músculos, se producen las mismas hormonas del estrés y además tiene efecto acumulativo, es decir, que se suma a la carga que llevamos encima.

Nunca en la historia humana hemos vivido tanto trauma vicario como ahora

Esto es debido a los medios de comunicación, a través de los cuales asistimos casi de forma instantánea a hechos desgraciados, un bombardeo constante de imágenes e información monotemática.   

Me dirás que la situación de la pobre gente que está viviendo la guerra no se compara con la de las personas que lo vemos en la tele mientras desayunamos. 

Sí, es verdad, de alguna manera seguimos con nuestras vidas y estamos a salvo.  Sin embargo, sí sufrimos una amenaza constante, que nos mantiene en un nivel de alerta muy alto, nada propicio para el bienestar. 

Los efectos derivados del conflicto (económicos y demás) llegan también de manera instantánea a nuestras vidas.  Lo que alimenta más la preocupación y ensombrece nuestra visión del futuro con mucha incertidumbre.

Supervivencia vs consciencia

Cuando nos sentimos amenazados, todos los sentidos se orientan a mantenernos a salvo y no hay lugar para otra cosa, como por ejemplo ocuparnos de nuestra felicidad.  Estos mecanismos se gestionan a nivel inconsciente, desde el sistema nervioso autónomo.  No lo hace la voluntad.   

Y como a lo largo de la historia humana siempre ha habido amenazas, tendemos a creer que es lo normal, que la vida es lucha y supervivencia y que ocuparnos de aumentar nuestro bienestar es una utopía, una fantasía.

A menos, que tengamos un entrenamiento específico, constante y concienzudo, el que, nos permite acceder a un nivel de consciencia que se sale de la norma, seguiremos formando parte de los que repiten una y otra vez la misma historia y siguen en el mismo sitio, sobreviviendo.

La buena noticia es que

¡hay otra opción!, tenemos el poder de salir de la rueda del hámster, aunque vivamos en un mundo hostil.

¿Qué podemos hacer a nivel individual?

Para poner en marcha el sistema antagonista a la supervivencia, es muy útil hacernos las preguntas que tienen la capacidad de generar un movimiento de búsqueda interno, que nos pone en contacto con los recursos necesarios para salir del círculo.

Pregúntate esto para salir del letargo:

¿Cuánto tiempo dedicas a tu desarrollo interno?
¿Entrenas (así como entrenas el cuerpo en el gimnasio) tu consciencia, tu mente, tus emociones?
¿Eres más consciente de ti que hace 20 años?
¿Cuánto has avanzado en tu nivel de consciencia y en qué aspectos?

¿Sabes a que me refiero?
¿Reflexionas estas preguntas mientras las lees o tu mente reacciona con una respuesta automática?

¿Cómo recibes la información que te viene de fuera?
¿La pasas por tu juico propio y discernimiento? ¿O te limitas a incorporarla de manera pasiva e hipnótica?

¿Cuánto te afectan los eventos externos negativos?
¿A tal punto de que descontrolan o paralizan tu vida y la consecución de tus objetivos y tus sueños?  ¿O eres capaz de gestionarlos de manera que le das la vuelta, sacas las enseñanzas de esas experiencias y eso hace que puedas seguir adelante con más sabiduría?

Y, por último,

¿Qué vida tienes?
¿Aquella que has querido tener siempre, con la que soñabas cuando eras niño y adolescente? (tal vez aún no la tengas, pero estas trabajando para conseguirla) o ¿has sucumbido a tener la vida que te “dejan” tener?

¿Crees que tener la vida que has soñado depende muy poco o nada de ti?

Tal vez no dependa de ti de la forma en que crees, pero si depende de ti en cuanto a tomar las decisiones adecuadas, y quererte lo suficiente para darte lo mejor.

Si haces eso con entusiasmo a pesar de los avatares, la vida hará el resto por ti.  Pero si no decides nada, tu programación de supervivencia hará lo que tiene que hacer, mantenerte a salvo.  Le da igual tus sueños, porque para eso no llevamos un programa incorporado.

Un abrazo a todos, a los del norte, los del este y los del sur que un día recibieron a los míos cuando huyeron de otra guerra.

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6 comentarios sobre “A MÁS TRAUMA MÁS CONSCIENCIA

  1. Teodoro González Contestar

    El entrenamiento mental, para no ser esclavo, de los acontecimientos que suceden en el Mundo. Es de vital importancia y, al mismo tiempo, hace ver el Mundo, de una forma más positiva y, nada catastrofista, de la propia Vida, para un futuro inmediato. Aceptemos la Vida, tal como nos viene, hagamos control mental u, otra forma de Meditación, sin influenciar en los acontecimientos.
    Un saludo. ÁNIMO Y ADELANTE. PAZ Y SALUD

    • Laura Autor del artículo

      Si Teo, eso es, elegir el tipo de entrenamiento mental que vaya mejor con cada uno, para poder ver desde un sitio más amplio y poder comprender un poco más como funciona la existencia mas allá de lo que nos cuentan, eso tranquiliza mucho. Ocuparnos proactivamente de nuestro propio entrenamiento mental para que no sea la programación que tenemos instaurada la que tome el mando. Un gran abrazo y ánimo.

    • Diego Lissio Folgar

      Otro brazo de esta realidad, que claramente nos afecta, es la manipulación que se puede hacer de nosotros -y efectivamente se hace-, controlando esa información que nos llega y cómo.

      No es un fenómeno nuevo, tampoco. Es más, cuando lo descubrimos, podemos ver cuánto y desde cuándo hemos sido afectados y manipulados. Tanto asi, que podemos ver a mucha gente que, una vez en conocimiento o sospecha de ser el hámster en la rueda, prefiere, elige esa estructura a la «libertad» de un mundo diferente, de un conocimiento distinto.

      Hoy estamos en presencia de una guerra, pero lo cierto es que nunca hemos dejado de estarlo.

      ¿Por qué esta vez hay cadenas de oración en los estados de WhatsApp de la señora de la esquina, del almacenero, de la peluquera…?
      ¿Por qué parece más notorio «el bueno y el malo» de esta película?

      Ayer mismo recordé al niño sirio que llegó ahogado a las costas de Turkía en 2015, huyendo de otra guerra con su madre y hermana; también muertos.

      Tantos, tantos ejemplos que tan selectivamente nos afectan.

      Como siempre, Laura, otro muy interesante artículo que nos trae conocimiento y reflexión.
      Un abrazo grande, desde el Sur que también existe.

    • Laura Autor del artículo

      Suscribo tus palabras Diego. También creo como tu, que nunca hemos dejado de estar en guerra. Pero tenemos buenas armas para construir cada uno nuestro propio mundo, ese en el que queremos vivir, paso a paso, mirando menos afuera y más para dentro. Confío en que la guerra de hoy sea la paz del futuro, como dice Silvio. Un abrazo.

  2. Teodoro González Contestar

    Mientras no tengamos presente, que el Cuerpo Humano, es un Templo, mal vamos, si incluso el, la propietario, propietaria lo castiga. Y, digo propietario, propietaria, cuando en realidad, es un Vehículo prestado, para poder alcanzar, ciertas metas, para el DESARROLLO, de nuestra integridad, dentro del Universo, que espera que participemos y, colaboremos en una UNIÓN y, acorde a un baile y, música de BELLEZA sin igual

    • Laura Autor del artículo

      Así es, gracias Teo por compartirlo aquí.

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