Toda experiencia produce un sentir
Tenemos la posibilidad de acoger el sentimiento o intentar negarlo.
Estamos tan pendientes de no sentir dolor o no tener sentimientos desagradables, que terminamos amortiguándolos. Tenemos miedo a la intensidad emocional.
Tenemos disminuida la capacidad de sentir
Nuestro corazón, el sitio físico donde la ubicamos, está protegido, tiene un escudo invisible que amortigua las sensaciones que vienen de fuera y también las que salen de dentro. De esta manera, hay sentimientos que no llegan a desarrollarse, se quedan en un estadio de inmadurez. Si nos preguntan qué sentimos ante determinados estímulos, decimos “no sé” o “no siento nada”.
Tan natural se ha vuelto esta situación, que las personas sensibles, más humanas, las que se atreven a expresarse más allá de la norma, son consideradas raras.
En cambio, admiramos aquellas personas que se comportan como máquinas. Es decir, que compiten por conseguir marcas y récords absurdos, tanto a nivel físico como mental. Dejando en un segundo plano e incluso menospreciando la sensibilidad.
Nos dejamos llevar por lo que nos venden como lo deseable, un ser humano mecanizado, desafectado, frio, con una emocionalidad pobre y ñoña y una actitud zombi y desvitalizada.
Reconocer nuestras debilidades
Es triste, pero en algún momento es necesario hablar de esto y reconocer que lo hacemos.
El reconocimiento de nuestros miedos, es un gran paso hacia el conocimiento interno y la aceptación de nuestra naturaleza. Nos hace humildes ante la grandeza humana.
Dejar de distraernos para no sentir
Muchas enfermedades desaparecerían, simplemente porque ya no nos harían falta. Los síntomas que sufrimos tienen un por qué, tienen un sentido de conexión. Aparecen cuando estamos desconectados de nosotros mismos en algún aspecto, cuando pretendemos llevar una vida artificial.
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Yo, en estos momentos, siento un bienestar en la Vida, aunque no tengo cumplidos, mis objetivos.
Realmente tengo miedo al dolor, por lo que renunció, a encubrir los con Fármacos, Drogas u otros. Para que en caso de realmente necesitar, me sean efectivos.
Un saludo
Me alegro que goces de bienestar Teo y que perdure. El cumplimiento de tus objetivos estará al llegar y si no llega, será que hay otras puertas que se abrirán. De todos modos, yo creo que hay que seguir adelante en la consecución de nuestros objetivos vitales y por el camino y durante el proceso, iremos aprendiendo y experimentando cosas que no podíamos imaginarnos antes de emprender la búsqueda. El miedo al dolor creo que es muy humano, y que cada uno lo llevamos como mejor podemos. Un gran abrazo.