Sentir: la cura a nuestro padecimiento

Toda experiencia produce un sentir

Tenemos la posibilidad de acoger el sentimiento o intentar negarlo. 

Por lo general, no sabemos gestionar nuestros sentimientos de forma madura, no vivimos una experiencia de sentir profundo.   

Estamos tan pendientes de no sentir dolor o no tener sentimientos desagradables, que terminamos amortiguándolos.  Tenemos miedo a la intensidad emocional. 

Tenemos disminuida la capacidad de sentir

Nuestro corazón, el sitio físico donde la ubicamos, está protegido, tiene un escudo invisible que amortigua las sensaciones que vienen de fuera y también las que salen de dentro.  De esta manera, hay sentimientos que no llegan a desarrollarse, se quedan en un estadio de inmadurez.  Si nos preguntan qué sentimos ante determinados estímulos, decimos “no sé” o “no siento nada”.

Preferimos no sentir, antes que sentir dolor.  De esta manera, aprendemos a temer nuestra vida sentimental y a mantenerla a raya.

Tan natural se ha vuelto esta situación, que las personas sensibles, más humanas, las que se atreven a expresarse más allá de la norma, son consideradas raras.

En cambio, admiramos aquellas personas que se comportan como máquinas.  Es decir, que compiten por conseguir marcas y récords absurdos, tanto a nivel físico como mental.  Dejando en un segundo plano e incluso menospreciando la sensibilidad.

Nos dejamos llevar por lo que nos venden como lo deseable, un ser humano mecanizado, desafectado, frio, con una emocionalidad pobre y ñoña y una actitud zombi y desvitalizada.

Reconocer nuestras debilidades

Es triste, pero en algún momento es necesario hablar de esto y reconocer que lo hacemos.

El reconocimiento de nuestros miedos, es un gran paso hacia el conocimiento interno y la aceptación de nuestra naturaleza.  Nos hace humildes ante la grandeza humana.

Dejar de distraernos para no sentir

Cuanto más nos permitamos el sentir profundo de cada experiencia vivida, más en contacto podremos estar ese ser interno que nos guía.  Perder el miedo al dolor y a como nos vamos a sentir sería un gran avance en nuestro camino hacia nosotros mismos.   

Muchas enfermedades desaparecerían, simplemente porque ya no nos harían falta.  Los síntomas que sufrimos tienen un por qué, tienen un sentido de conexión.  Aparecen cuando estamos desconectados de nosotros mismos en algún aspecto, cuando pretendemos llevar una vida artificial.

Posts relacionados:
«Dejarse Sentir 1.  La dificultad de vivir en un estado de armonía permanente»
«Dejarse sentir 2.  ¿Cuál es la causa del dolor emocional?» 
«Dejarse sentir3.  Buscar el sentido a la vida»

Siguiente post:
«A más trauma, más consciencia»

 

 

 

 

2 comentarios sobre “Sentir: la cura a nuestro padecimiento

  1. Teodoro González Contestar

    Yo, en estos momentos, siento un bienestar en la Vida, aunque no tengo cumplidos, mis objetivos.
    Realmente tengo miedo al dolor, por lo que renunció, a encubrir los con Fármacos, Drogas u otros. Para que en caso de realmente necesitar, me sean efectivos.
    Un saludo

    • Laura Autor del artículo

      Me alegro que goces de bienestar Teo y que perdure. El cumplimiento de tus objetivos estará al llegar y si no llega, será que hay otras puertas que se abrirán. De todos modos, yo creo que hay que seguir adelante en la consecución de nuestros objetivos vitales y por el camino y durante el proceso, iremos aprendiendo y experimentando cosas que no podíamos imaginarnos antes de emprender la búsqueda. El miedo al dolor creo que es muy humano, y que cada uno lo llevamos como mejor podemos. Un gran abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *