¿Por qué la crisis es decisiva y nos abre la puerta a la trasformación?
Porque es el momento culmine en el que llegamos al límite de nuestras fuerzas para seguir viviendo con un modelo de vida que se nos queda obsoleto. Y es entonces cuando nos replanteamos la propia concepción acerca de la vida: ¿Es realmente como creíamos que era?
Para entender el desarrollo de lo que vamos tratando en esta serie de artículos lee: la parte 1, la parte 2, la parte 3, la parte 4 y la parte 5.
Lo que hemos vivido hasta ahora fue muy válido, porque nos trajo hasta aquí, nos ha fortalecido, nos ha entrenado y preparado para el siguiente paso:
Cuando el miedo, la desconfianza, la confusión, el sometimiento, la sed de conocimientos, la necesidad de posesiones y otras luchas, alcanzan su punto álgido, llega el cuestionamiento de para qué sirven y cuál es su sentido. El sentido es: el de haber preparado el camino para comenzar a expresar a un humano más desarrollado. Un ser supra-consciente como referíamos en este artículo. Como decía Nietzsche: un superhombre. Ese superhombre del que hablaba Nietzsche, no es más que el hombre y la mujer, en un estado de adultez humana; un humano más consciente de quien realmente es. Lo que ya somos en potencia, que por fin empieza a manifestarse, una vez nos damos cuenta que podemos dejar atrás la vida basada en la supervivencia.
Sin haber pasado por esa etapa de lucha y sometimiento no habríamos podido llegar ahí, eso fue necesario. La noche oscura del alma de la que hablaba San Juan de la Cruz. Tal oscuridad tiene su cometido, no ocurre en vano, ni es un castigo.
Ya puedes soltar la carga
La carga, el peso que creíamos que teníamos que soportar y llevar a cuestas para ser buenas personas y para merecer, una vez tocamos este punto límite, sentimos que no nos hace falta. Porque no es real lo que nos han dicho:
¿Por qué nos han hecho creer que sometiéndonos y cargando peso sobre nuestras espaldas seríamos mejores personas?
Esa es la imagen de una persona esclavizada, de un “animal” de carga, pero no de un humano auto-realizado. Puedes liberarte de esa creencia, no te hace falta.
Las buenas personas son seres conscientes de sí, que se respetan y se quieren y que se ocupan de los demás y ayudan por elección propia y porque se sienten bien haciéndolo, por lo tanto no piden nada a cambio ya que no lo necesitan. Actúan así porque confían en sí mismos y en la vida. Se ayudan mutuamente, porque cuando evolucionamos, el competir pierde el sentido, en su lugar se instala naturalmente el intercambio y la colaboración entre iguales.
La vida nos da lo que necesitamos siempre, también nos da la carga y el sometimiento para que aprendamos que no es necesario llevarla encima y para que nos enteremos lo fuertes, grandes y sabios que somos.
El sentido de vivir la oscuridad
Las emociones y estados del ánimo negativos son necesarios porque nos capacitan para lo que seremos más adelante.
El miedo, la ira, la angustia, la depresión, el pánico, el trauma, etc. nos nublan la consciencia cuando estamos pasando por ellos, pero es parte del entrenamiento. Cuando lo estamos viviendo es real para nosotros y esa vivencia de realidad es la que nos fragua. Una vez lo trascendemos, eso queda atrás y pasamos a un círculo de realidad más amplio, dese donde vemos esas vivencias con serenidad y la comprensión de que fueron necesarias.
Cuando estamos pasando por tales estados “negativos”, no podemos vislumbrar lo que viene, lo que está más allá, porque de lo contrario no tendría sentido la necesidad de vivirlos. Sentir en las propias carnes es lo que enseña, no vale la idea mental de esa circunstancia, solo vale pasar por la vivencia. Lo que sí tenemos en nuestras manos es aprender a confiar en la vida para que ese proceso se haga más llevadero. Todos esos estados que calificamos como negativos son pasajeros, no son eternos. Tendríamos un problema si nos aferráramos a ellos, de esta manera se convertirían en una patología. Pero también esto es decisión de la persona que los vive, aunque no se dé cuenta de ello. Y solo él o ella saben dentro de sí que es lo que necesitan, muchas personas alargan sus estados de sufrimiento, hasta que se dan cuenta que pueden soltarlos. Muchas veces se necesita vivir una enfermedad para trascender y pasar a una vida mejor. Y no hay culpa en ello, cada uno tiene su propio proceso y su propio camino para llegar a ser más grande y acceder a una mayor consciencia de sí.
Y a partir de ahora: ¿qué?
Con todas estas consideraciones anteriores las preguntas que se plantean pueden ser las siguientes:
¿Qué es ser libre?
¿Acaso lo hemos sido siempre y no nos habíamos dado cuenta?
¿Acaso debimos recorrer un camino oscuro para llegar al mismo lugar del que partimos pero ahora fortalecidos y despiertos?
Y según yo veo las más intensa, luego de que nos damos cuenta de que no necesitamos seguir sobreviviendo:
¿cómo será vivir más allá de la supervivencia?
Te dejo con estas cuestiones antes de pasar a lo que vendría a partir de aquí. Eso será en el próximo artículo.
¿Se te ocurren a ti más cuestiones? ¿Qué opinas de todo esto?
Te animo a que compartas en los comentarios.
Continúa en el siguiente post: «Como trascender a partir de la crisis 7. Más allá de la supervivencia»
Post anterior: reflexión: «Confiar en la vida»
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Hola, muchas gracias por tus artículos, me ayudan a reflexionar mucho y a plantearme preguntas a mí misma que de otra manera no se me hubieran ocurrido, sin embargo noto que estaban allí, a que alguien me motivara para que me atreva a hacérmelas.
Acerca de este articulo me he quedado con la copla:
«Nadie es mejor persona porque se someta, o cuando antepone a otros ante sí mismo, ni cuando se sacrifica.»
Creo que nos han inculcado que si estamos sometidos a algo o a alguien, lo deseable es que aguantemos y creo que eso no nos hace mejores, solo hace que suframos y neguemos nuestra persona. de esta manera no somos muy útiles a nadie.
Muchas gracias por compartir tus palabras y un abrazo.
Sol
Muchas gracias Sol. Sí, estoy de acuerdo contigo, el sacrificarse esta bien visto, a veces enmascarado de otras cosas, otras se muestra de manera sutil para que cale más fácil. Está en nosotros no ceder ante ello y reafirmarnos, no permitiendo sentirnos culpables o sentirnos con el «deber» de hacerlo, porque no es verdad que estemos de esa manera ayudando a nadie. Una buena herramienta puede ser estar atentos a esos menajes para poder responder mediando una reflexión y no de nuestra forma automática acostumbrada. Es importante permitirnos sentir la incomodidad o la molestia o la rabia que nos producen estos mensajes, y darles lugar a estas emociones, porque nos ayudan a discernir y a darnos cuenta cuando hay algo que no encaja.
Muchas gracias por compartir tus opiniones y un gran abrazo para ti también.
Hola Laura! Desfasado, pero poniéndome al día con tus necesarios artículos! Éste comenzó con una de mis citas preferidas de Nietzsche en «Así habló Zaratustra»; «Es el hombre una línea tendida entre el animal y el superhombre».
Genial. Poniendo de manifiesto que somos nosotros los que determinaremos nuestro andar.
Este capítulo me dejó menos cuestionamientos que el anterior y más respuestas. Más optimismo.
Gracias!
Gracias a ti Diego, es un placer poder establecer un intercambio en estos temas, sobretodo hoy en día que la reflexión en general cuesta un poco. Sí, es complejo el camino pero estoy segura que llegaremos a manifestar eso que somos, a lo que Nietzsche se refería como el «super-hombre», siento que estamos más cerca, aunque muchas veces nos sintamos inmersos en un camino aparentemente muy negro. Un gran abrazo compañero.