¿Y si fueras un avatar? Una metáfora para entender el juego

En el artículo anterior hablábamos de tres estructuras o instancias que nos componen.

Las llamábamos: lo consciente, lo inconsciente y lo supra-consciente.  Donde la parte consciente abarca apenas un 20 % de todo lo que somos,  todo lo demás sería inconsciente, el que contiene nuestros automatismos, el mecanismo de supervivencia y lo que reprimimos.  Pero  también habría una instancia supra-consciente, sabia, que contiene nuestro potencial sin desarrollar.

El cuento del juego

Una metáfora o un cuento para intentar entender como se relacionan estas tres grandes partes que nos componen sería:

Imagina un juego de ordenador, cualquiera en el que haya un avatar y unos objetivos que cumplir para ir avanzando y superando niveles hasta llegar a una meta.

Bien, vamos a decir que: el jugador es tu yo interno, el avatar eres tú, la programación del juego (el software), es el inconsciente y lo que ve el avatar dentro del juego es el consciente.

El funcionamiento sería el siguiente: el yo interno está jugando y experimentando a través de su avatar, con una determinada programación que tiene el juego, el avatar no es consciente de esta programación ni del jugador, entonces juega según el software que tiene incorporado.  El jugador no cambia la programación, él solo juega.  Para él este juego, no es ni bueno ni malo, pero es consciente de que juega y de su avatar y que el ordenador tiene una programación y que no sucederá nada fuera de esa programación a no ser que se cambie.  Si nada cambia el programa se podría repetir y repetir y el jugador jugar infinitas partidas y mantener a su avatar haciendo siempre las mismas cosas.  Porque en este juego existe una regla de oro: el jugador no cambiará nada a menos que el avatar se lo pida de forma explícita y concreta.  A partir de ahora es cuando tenemos que hacer un poquito más de esfuerzo para imaginarnos lo que viene:

¿Qué pasaría si un día ese avatar toma más consciencia y empieza a intuir que debe haber algo más?  Imagina que llega un momento en que gira su cabeza para mirar al jugador a través de la pantalla y es capaz de decirle:

 “Ey tú! estoy cansado de hacer siempre lo mismo!, ¿qué tal si cambias algo del programa?” 

El jugador le escucha y se produce un diálogo entre ambos,  en el que el avatar le pide y el jugador responde.

Aquí hay una paradoja porque si el avatar no tiene consciencia del jugador ¿Cómo le va a pedir nada? Y además debería saber algo de como funciona el juego, para poder tener la suficiente claridad de que quiere cambiar y de sus necesidades como jugador participativo.

¿Cómo llega el avatar a querer transformar algo del juego?

Este cuento sigue en el próximo artículo

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2 comentarios sobre “¿Y si fueras un avatar? Una metáfora para entender el juego

  1. María Delia Contestar

    Seguramente el Avatar tiene una consciencia superior despierta, desarrollada invisible, porque un Avatar es un Ser Universal de luz. Ve más allá…

    • Laura Autor del artículo

      Muchas gracias María, si ya nos vamos enterando…
      un abrazo.

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