Todos tenemos una parte consciente que conforma nuestro psiquismo, es decir una parte de la cual estamos en control y conocimiento. Se dice que constituiría entre un 5% a un 20%, de todo lo que somos, de todos nuestros recursos y de toda la información que portamos. Se suele representar como la pequeña porción de hielo que pertenece a un gran ice-berg, donde la parte oculta bajo el agua es nuestro inconsciente, todo aquello que ignoramos, de nosotros mismos y de la realidad.
Y es esa pequeña parte de nuestra personalidad que cree que controla algo de nuestra propia vida y del entorno. Y en consecuencia se comporta según esa creencia. Esto explica por qué vivimos en general tan a contracorriente de la vida, porque la porción grande del ice-berg, el que está oculto, es el que realmente controla.
La gran cuestión es que la mayoría de las personas no tienen idea de la existencia de esta parte inconsciente y si la tienen no saben como funciona y por lo tanto no saben como acceder a ella.
Y a eso se debe ese conflicto o enfrentamiento interno que tenemos y que se expresa en una sensación de estar en lucha con la vida, como si la vida se opusiera a nosotros.
El problema es que nuestro pequeño ego quiere aplicar lo nada que sabe y lo nada que controla para dirigir nuestra vida. Y así es que nos esforzamos y gastamos muchísima energía en querer tener el control de todo para poder estar tranquilos, pero no nos damos cuenta que este es un circulo peligroso.
¿Que hay en nuestro inconsciente?
Es muy útil saber esto y empezar a conocer el lenguaje del inconsciente para poder vivir más a favor de la vida. Para ello es interesante saber que dentro de nuestro inconsciente, entre otros contenidos, opera nuestro mecanismo de supervivencia, (hace un tiempo explicamos como funciona este mecanismo en el estrés) con sus propias leyes y su propio funcionamiento muy diferente al de la mente consciente. La lógica de este mecanismo es “irracional” contrariamente al de la mente consciente que es racional. Pero es así porque sino no podríamos existir, ya que su cometido es mantenernos a salvo. Y lo hace de forma ultra eficiente.
Además de contener dicho mecanismo de supervivencia que es innato, el inconsciente porta una programación por la cual se rige, es como si fuera un ordenador, que ejecuta la programación que le han puesto y cualquier cosa fuera de esa programación para él no existe. Por eso nos es tan difícil salir de nuestra zona de confort, porque esto implica generar una nueva programación, que no poseemos.
Esta programación se nutre:
2. de lo vivido por nuestra familia, hasta unas cuantas generaciones hacia atrás.
3. del entorno y la cultura en la que hemos crecido.
4. de todo lo que reprimimos porque nos duele o porque no queremos ver de nosotros mismos (como hemos explicado en el artículo anterior).
¿Hay algo más que no conocemos?
Más allá de lo consciente y de lo inconsciente: lo supra-consciente
Todo esto ya es bastante y conforma un amplio material de trabajo para nuestro conocimiento interior. Pero para mí esto estría incompleto, sin otra instancia que va más allá de la supervivencia y la programación. Esto es aquella parte nuestra que está por encima de todo ello, que se le llama: yo interno, yo superior o ser o como le quieras llamar. Es esa parte nuestra que intuimos que llevamos dentro y que a lo largo de la vida nos ha guiado de alguna manera, nos ha conducido y llevado a vivir situaciones vitales que nos han hecho crecer y evolucionar. Y para distinguirlo de la mente consciente y del inconsciente se le podría llamar supra-consciente. Es decir es aquella parte que también desconocemos de nosotros pero que es más que instinto y es más que pura programación y comportamientos automáticos.
Eso también somos nosotros, no es ningún ser externo, es lo que somos en esencia que aún desconocemos.
Es en este sitio donde yo ubicaría todas nuestras potencialidades y talentos que ignoramos de nosotros mismos y que podemos ir desarrollando a medida que crecemos.
Iremos poco a poco desgranando estos conceptos para poder acercarnos a una idea de lo que desconocemos de nuestra propia naturaleza y también de nuestra supra-naturaleza como humanos.
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